De donde viene la depresion

De donde viene la depresion

La depresión y las tres edades del cerebro – dr. harry barry

Descargo de responsabilidad del contenido El contenido de este sitio web se proporciona únicamente con fines informativos. La información sobre una terapia, un servicio, un producto o un tratamiento no respalda en modo alguno dicha terapia, servicio, producto o tratamiento y no pretende sustituir el consejo de su médico u otro profesional sanitario registrado. La información y los materiales contenidos en este sitio web no pretenden constituir una guía completa sobre todos los aspectos de la terapia, el producto o el tratamiento descritos en el sitio web. Se insta a todos los usuarios a que busquen siempre el asesoramiento de un profesional de la salud registrado para obtener un diagnóstico y respuestas a sus preguntas médicas y para determinar si la terapia, el servicio, el producto o el tratamiento concretos descritos en el sitio web son adecuados en sus circunstancias. El Estado de Victoria y el Departamento de Salud no asumirán ninguna responsabilidad por la confianza que cualquier usuario deposite en los materiales contenidos en este sitio web.

La neurociencia de la depresión

A menudo se dice que la depresión es el resultado de un desequilibrio químico, pero esa forma de hablar no capta la complejidad de la enfermedad. Las investigaciones sugieren que la depresión no se debe simplemente a un exceso o defecto de ciertas sustancias químicas del cerebro. Más bien, hay muchas causas posibles de la depresión, como la regulación defectuosa del estado de ánimo por parte del cerebro, la vulnerabilidad genética, los acontecimientos vitales estresantes, los medicamentos y los problemas médicos. Se cree que varias de estas fuerzas interactúan para provocar la depresión.
Es cierto que hay sustancias químicas que intervienen en este proceso, pero no se trata simplemente de que una sustancia química esté demasiado baja y otra demasiado alta. Son muchas las sustancias químicas que intervienen, tanto dentro como fuera de las células nerviosas. Hay millones, incluso miles de millones, de reacciones químicas que conforman el sistema dinámico responsable de su estado de ánimo, sus percepciones y su forma de experimentar la vida.
Con este nivel de complejidad, se puede ver cómo dos personas pueden tener síntomas similares de depresión, pero el problema en el interior, y por lo tanto qué tratamientos funcionarán mejor, pueden ser totalmente diferentes.

Descifrar la depresión

Aunque el inicio de los episodios depresivos suele estar relacionado con altos niveles de estrés, el estrés por sí solo no es suficiente. Todos estamos expuestos a factores estresantes, ciertamente de diferente intensidad y duración, pero sólo algunos desarrollan una depresión mayor. En realidad, lo que puede desencadenar el descenso a la depresión es la incapacidad de hacer frente al estrés.
La respuesta al estrés se produce principalmente en el llamado eje HPA, en el que participan el hipotálamo, la hipófisis y la corteza suprarrenal (Figura 1). En última instancia, la corteza suprarrenal libera glucocorticoides, que tienen efectos en todo el organismo sobre el metabolismo y la función inmunitaria, entre otras cosas. Los glucocorticoides también inhiben los primeros pasos de la respuesta al estrés en el hipotálamo y la hipófisis, evitando que el sistema se vuelva hiperactivo.
Pero, ¿qué es lo que desencadena la respuesta al estrés en primer lugar? La mayor activación proviene de la amígdala, una parte del cerebro importante para el procesamiento de las emociones, especialmente las negativas. Por lo tanto, cuando alguien experimenta emociones negativas, la amígdala se vuelve más activa, lo que puede desencadenar la respuesta al estrés en el eje HPA. Los glucocorticoides liberados desencadenan entonces un bucle de retroalimentación positiva con la amígdala y un bucle de retroalimentación negativa con el hipocampo y la corteza prefrontal (Figura 1). Si el equilibrio entre la excitación de la amígdala y la inhibición del hipocampo y el córtex prefrontal favorece la activación del HPA (excitación de la amígdala > hipocampo, inhibición del córtex prefrontal), se produce una retroalimentación positiva y pueden producirse estrés crónico y depresión. El estrés crónico produce niveles excesivos de glucocorticoides, que pueden provocar la muerte de neuronas, especialmente en el hipocampo. Esto puede ser relevante para el modo de acción de los fármacos antidepresivos más recetados, los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina; véase más adelante).

La depresión y su tratamiento

A menudo se dice que la depresión es el resultado de un desequilibrio químico, pero esa forma de hablar no capta lo compleja que es la enfermedad. Las investigaciones sugieren que la depresión no surge simplemente por tener demasiada o muy poca cantidad de ciertas sustancias químicas del cerebro. Más bien, hay muchas causas posibles de la depresión, como la regulación defectuosa del estado de ánimo por parte del cerebro, la vulnerabilidad genética, los acontecimientos vitales estresantes, los medicamentos y los problemas médicos. Se cree que varias de estas fuerzas interactúan para provocar la depresión.
Es cierto que hay sustancias químicas que intervienen en este proceso, pero no se trata simplemente de que una sustancia química esté demasiado baja y otra demasiado alta. Son muchas las sustancias químicas que intervienen, tanto dentro como fuera de las células nerviosas. Hay millones, incluso miles de millones, de reacciones químicas que conforman el sistema dinámico responsable de su estado de ánimo, sus percepciones y su forma de experimentar la vida.
Con este nivel de complejidad, se puede ver cómo dos personas pueden tener síntomas similares de depresión, pero el problema en el interior, y por lo tanto qué tratamientos funcionarán mejor, pueden ser totalmente diferentes.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad